lunes, 14 de marzo de 2011

Algo a evitar.


Me seduce, esta volviéndome loco. Me mira, la miro, sonríe, sonrío. Me encanta. Sé que no debo caer, pero no puedo evitarlo. Cada parte de su cuerpo me está llamando. Se acerca, me voy, me sigue. Ando más deprisa, no debo caer, me hará daño. Sigue detrás, empiezo a correr; corre ella también. Me alcanza, me agarra de la cintura y me estrecha contra ella. Es demasiado tarde, siento su respiración agitada, mi pulso se acelera, mi corazón se desenfrena, la deseo, más que nunca. Me besa y me lleva a un lugar que desconozco.
Me despierto, son las 8 de la mañana, ella ya no está a mi lado. Encuentro una nota junto a mí: Gracias por lo de anoche, me alegro de haberte conocido. Lo sabía, sabía que pasaría, sabía como es ella, no debí dejarme engañar. Me voy a mi casa, echo mierda, “pensé que yo sería diferente…” me digo. Pero en el fondo sabía que no, todos sabemos como es, pero todos nos dejamos engañar por el verde de sus ojos y la magia de su sonrisa.
Pero ya sabes lo que dicen…
-La única manera de librarte de la tentación, es caer en ella

No hay comentarios:

Publicar un comentario